ESSENTIA IX se sitúa en el corazón de la serie: un espacio de calma total donde la presencia humana se intuye únicamente a través de la arquitectura, la luz y el tiempo. En esta obra, el paisaje construido se vuelve casi esencial: geometría pura, líneas limpias, agua y horizonte. No hay objetos, ni rastros directos de vida humana. Solo lo que queda cuando todo ruido desaparece. La luz proyecta una sombra nítida que divide el espacio y marca el pasodel tiempo, mientras el reflejo en el agua introduce una dimensión íntima, casi meditativa. Aquí, la construcción no funciona como refugio sino como pregunta: ¿qué permanece cuando el ser humano ya no está? ¿Es la arquitectura un gesto de permanencia, o un eco silencioso de nuestra fragilidad? ESSENTIA IX explora la belleza del vacío habitado —ese punto donde la materia, el espacio y la memoria se sostienen sin necesidad de cuerpo. Una invitación a contemplar la esencia del habitar, del silencio y del tiempo detenido
